Alfredo Esparza "Pasajeros"













Al tener que recorrer largas distancias diariamente en la Ciudad de México para trasladarse de la casa al trabajo o la escuela y luego volver a la primera, los usuarios del metro utilizan este medio como un apéndice temporal del hogar, donde se puede recabar tanta privacidad e intimidad como sea necesaria. La mayoría de los usuarios optan por este recurso aun cuando el metro pueda ir con sobrecupo. Con tal de ganarle minutos al día, el viajante se abstrae de lo que sucede en el vagón durante el recorrido para charlar con su acompañante, terminar labores pendientes, o recogerse en el descanso y la introspección. Lo importante es que el periplo faculta al usuario para hacer algo más que viajar, no solo por la urgencia de aprovechar el tiempo en una ciudad donde los desplazamientos son tan prolongados, sino también por la oportunidad de concederse tiempo para uno.